90 años de presencia de los Carmelitas Descalzos en Ecuador
Crónica gráfica de la celebración
Esta es la segunda presencia de los carmelitas en Ecuador, la primera llegó a Latacunga 300 años antes, pero se marcharon luego de un gran terremoto... y esa historia se encuentra detallada en archivos del convento de nuestras Madres del Carmen Bajo y la Parroquia Santa Teresita.
Los inicios de nuestra presencia (la Misión de Sucumbíos)
Esta es la segunda presencia de los carmelitas en Ecuador, pues la primera llegó a Latacunga 300 años antes, pero se marcharon luego de un gran terremoto... y esa historia se encuentra detallada en archivos del convento de nuestras Madres del Carmen Bajo y la Parroquia Santa Teresita.
En esta breve reseña nos ocupamos de los Carmelitas Descalzos que han llenado estos últimos 90 años de historia... 28 de octubre de 1928 al 28 de octubre del 2018.
La Provincia religiosa y carmelita de Burgos en España, tenía apenas un año de su creación, luego de desmembrada de Navarra, toma alas para volar hasta Ecuador, en aras de establecer nuevamente, su presencia en este territorio, donde otros carmelitas ya lo habían hecho 3 siglos antes y donde se encontraba tanta huella teresiana desde el siglo XVI, con varios hermanos de Santa Teresa, algunos de ellos, con notable presencia, como Lorenzo de Cepeda.
Cuatro fueron los carmelitas que se ofrecieron a entregar su joven vida, en esta Patria querida, los padres Brocardo Tajadura, Hieroteo Valbuena, Eulalio Fuentes y Benedicto García. Su presencia llamó la atención desde el principio y aunque las dificultades llegaron muy pronto, fueron recibidos, ya en Guayaquil, con mucho cariño, por autoridades eclesiásticas y civiles. Si bien al gobierno de aquel entonces, no le interesaba mucho las ideas religiosas, ni su labor como misioneros católicos, el permiso que reciben para entrar y permanecer en el país, es con la condición de que "vayan al Oriente, para defender las fronteras y hacer una labor de propaganda civilizatoria en los cantones de Sucumbíos y Aguaric o, en la Provincia de Napo-Pastaza"... así de escueto rezaba el 'mandato'. Sin duda que cumplieron con esta oferta y con la que implícitamente llevaban de educación a todo nivel y la Evangelización, razón primordial para lo que uno es misionero.
Ese inmenso espacio geográfico, necesitaba vías de comunicación y una infraestructura mínima para residencia de los misioneros, alrededor de los cuales, se iban a juntar los pocos moradores que habitaban aquellas soledades.
Los límites no estaban aún definidos y hasta el Tratado de Rio de Janeiro, no se conocía muy bien, dónde comenzaba Ecuador por el Norte en sus límites con Colombia y dónde los límites con Perú, por el Este. Se sabe que los Capuchinos del Caquetá, en las pocas visitas que hacían hasta el Napo, recorrían una extensión de más de 200 mil km cuadrados y que los Jesuitas y Franciscanos hacían sus correrías desde el Marañón hasta el Putumayo. Los Carmelitas vienen con la encomienda de trabajar en los cantones de Putumayo y Aguarico, en ese entonces atendidos por los PP. Josefinos.
Antes de posesionarse en el lugar definitivo de la Misión, realizan un viaje lleno de aventuras por el río Napo hasta llegar a la frontera con Perú. Un año completo permanecen en Rocafuerte haciendo correrías por el río Aguarico pero, aquel panorama que van descubriendo, no les llena sus ilusiones de misioneros. La zona está despoblada y apenas encuentran algunas familias indígenas, que trabajan en las haciendas que hay tanto en el Aguarico como en el Napo. Frente a esta realidad les va entrando una desilusión grande y al final, deciden abandonar esos lugares tan lejanos y buscar por otros rincones del extenso territorio ecuatoriano.
Vuelven a Quito y desde ahí comienzan a hacer las gestiones con el Obispo de Ibarra, Mons. Ordóñez, quien tiene a su cargo todo el territorio y deciden probar ventura en este otro extremo norte que limita con Colombia. Eligen un lugar pintoresco llamado Pun, donde hay unas familias, casi todas colombianas, junto al río que lleva el mismo nombre de Pun, que no tardarán mucho en llamarlo El Carmelo.
Las tres etapas de la Misión
La historia de la Misión la podemos dividir en la presencia de los tres Obispos carmelitasque han pasado por ella:
Mons. Pacífico Cembranos (1928 – 1941)
Es el primer Prefecto de la Misión y quien después de un tiempo, traslada la sede desde el Pun a Santa Bárbara. Este periodo lo emplea en la necesaria y prioritaria construcción de vías de comunicación. No hay nada hecho y por lo tanto, aunque su misión es evangelizar, tendrán que dedicar muchas horas a compartir y dirigir las mingas de trabajo. La carretera Tulcán-Pun es la primera tarea en la que se involucran, incluido el Prefecto. El P. Hieroteo se encargará de motivar a la gente de Tulcán y provincia para que colaboren con entusiasmo, pues es beneficio para todos y algún día hemos de unir este cantón con el otro de Putumayo…
El 4 de marzo de 1934, llegaba el primer auto a la plaza del Pun y el acontecimiento lo celebran con gran regocijo. Santa Bárbara, el Playón y la Bonita, eran otros puntos de mira en la geografía desconocida de aquellos parajes y a medida que se abrían aquellos caminos, la gente iba ocupando ya las tierras que parecían ser muy fértiles.
Pero como se había dicho, no todos los misioneros estaban satisfechos con aquellas tareas ni les acababa de gustar aquellos desolados paisajes. El Nuncio de ese tiempo, comunica al P. Hieroteo que estarían mejor en Esmeraldas, pues que allí sí había gente, lo que le sonó bastante bien y comenzó la campaña entre los frailes del Pun y los que iban llegando de España… la mayoría acepta la propuesta y se trasladan a Esmeraldas, otros se quedaron en Sucumbíos, que era el deseo del Gobierno y la razón de ser admitidos en Ecuador. En esos 11 años que están en Esmeraldas, hay dos Prefectos, dos bandos y sobre todo, un malestar en la Provincia de Burgos, hasta que un 'Visitador' enviado de Roma les ordena y manda la suspensión de la 'Prefectura de Esmeraldas' y se concentren en Sucumbíos, en Quito y Guayaquil. Los carmelitas se distribuyen e intercambian entre las casas de la misión y las de la incipiente Delegación.
Mons. Wenceslao Frande (1941 - 1968)
Un periodo donde sigue la labor de la colonización y la construcción de caminos y una educación fiscomisional con la presencia ya de un grupo de religiosas Mercedarias.
Un hecho significativo de la vida de Mons. Wenceslao, es su presencia en el Concilio Vaticano II donde se encuentra con Mons. Proaño y entablan diálogos interesantes sobre la Misión y la realidad del país. Desde ahí, Mons. Proaño expresó su cariño y cercanía con nuestra Iglesia naciente y su colaboración con misioneros de Riobamba y su presencia, luego, en algunas Asambleas, con Gonzalo, hizo que estas dos Iglesias hermanas, caminaran juntas y bajo unos mismos ideales y proyectos.
Mons. Wenceslao, a pesar de estar presente en el Concilio, no presentó demasiados cambios en su plan de trabajo, a no ser, la creación de los distintos puestos misionales a lo largo de la vía Pun- Aguarico y la dedicación a la Educación formal. Para ello, hay ya religiosas en Santa Bárbara y en el Playón. El Obispo también dedica tiempo a escribir 'cartas pastorales', un tanto moralizantes para orientación de los misioneros. Parece ser que en estos es generoso, pues son dos carta por año. Esto, tal vez, le resta tiempo para poder visitar con cierta frecuencia los Equipos Misioneros, de lo que hay quejas entre algunos.
La Bonita y Puerto Libre son los dos últimos puestos misioneros de esa zona del Alto Sucumbíos, a las que se les da una importancia especial, de manera especial a la Bonita, donde el clima y la tierra son generosos y se hace de este Centro, lugar de acopio, mediante una finca extensa, en la que se cultivan ya muchos frutos y se posee un buen hato de animales vacunos.
Como por estas fechas ya está en marcha otro puesto de misión, en una Isla entre el Putumayo y San Miguel, se piensa que Puerto Libre, puede ser otro enclave para la comunicación, aunque difícil, con ese puesto lejano. De hecho, se ofrece el P. Ramón para vivir ahí y hace el intento de llegar hasta el Putumayo. A su regreso y después de un corto tiempo, entre los Cofanes, Kichuas y una familia, con título de 'patrón', muere ahogado en el río Aguarico, cuando hacía un viaje, en la canoa del dicho patrón, a quien no le simpatizaba el 'padrecito', por haberle llamado la atención frente a su conducta abusiva con los mismos indígenas.
El periodo de este hermano Obispo Wenceslao, termina bruscamente, pues también muere, trágicamente, en un vuelo de avión que hacía de Cuenca a Riobamba.
Mons. Gonzalo López Marañón (1970 – 2010)
La Misión Carmelita, después de la muerte trágica de Monseñor Wenceslao, quedó durante dos años en 'sede vacante' y con muchos problemas sin resolver. Es nombrado Vicario de la Misión el P. Gil Rodríguez, mientras en Roma y en España se va preparando el terreno para el nombramiento del próximo Prefecto. En Burgos hay nuevo Provincial, el P. Felipe Sáinz de Baranda, quién con alma misionera y con un amor especial hacia el Ecuador, organiza una visita larga y se acompaña del P. Gonzalo López, Consejero en la Provincia y de quien ya se corría el nombre para ser el próximo Prefecto de Sucumbíos.
Con visión de profeta y con el conocimiento previo que ya tenía de la 'Píccola Misione', Gonzalo llega al Ecuador y a Sucumbíos con el deseo de que el Vaticano II y Medellín puedan ser aplicados en este rincón de la Patria. "Para mí -escribía el Provincial al P. Gil- Gonzalo es el mejor elemento en conjunto de cualidades que actualmente tiene la Provincia…”. Así llegó, con su juventud encima y también con mucha humildad, sabiendo que los cambios no se dan de la noche a la mañana. Para conocer mejor la realidad, comienza por asistir a una reunión de máximo interés en Iquitos, convocada por un grupo de 'antropólogos' que desean dialogar en profundo, con los misioneros. “Recibí un nuevo Bautismo”, dirá a su regreso a Ecuador y... “manos a la obra!”.
La obra de estos 40 años con Gonzalo
No es fácil hacer una síntesis de esta última etapa, pero intentaremos señalar lo más destacado Iglesia de San Miguel de Sucumbíos - Isamis:
Las Asambleas anuales. Realizadas desde el primer año de presencia de Gonzalo y que algunas tuvieron una duración de más de 10 días. En ellas se evaluaba el trabajo del año y programaba el año siguiente. Días que se dedicaban para la reflexión de temas de coyuntura, facilitados, casi siempre, por personas comprometidas y de experiencia pastoral.
El Objetivo general y otros objetivos. Ya en las primeras Asambleas se pensaba en redactar juntos la 'Utopía' que marcaría la meta y el espíritu con el que había que vivirla: “La liberación integral del hombre, desde los pobres, por la causa del Reino”
Los otros objetivos, responderán a las diversas áreas con las que trabajaríamos: comunidades cristianas - catequesis - ministerios - salud - educación - acción social - organización. En ellas deberíamos implicarnos todos los misioneros, incluidos los laicos que, en algunos momentos, fueron casi mayoría.
En esta Iglesia particular de Isamis, debería priorizarse, lo comunitario, lo ministerial y lo participativo, sin olvidar el compromiso misionero de todos.
La organización de Isamis–organigrama– desde el principio se pensó que había que dar la importancia que se merecen cada uno de los grupos humanos que vivían en Sucumbíos: negros – indígenas – campesinos – comunidades de la ciudad.
“Caminar con los dos pies”era una frase inspirada por Mons. Proaño y asumida totalmente por nuestra Iglesia. Evangelización y organización. Fe y vida, siempre juntas. No se puede caminar con un solo pie. Este objetivo nos ha llevado a vivir nuestro compromiso como Iglesia atenta siempre a la realidad que vivimos y a implicarnos, como misioneros, en las luchas y reclamos por la justicia y los derechos de los más excluidos.
La estructura de Isamis. “Mínima estructura con un máximo de espíritu”, nos había dicho Marins y su equipo, como asesores de varias Asambleas. Y esto se tuvo en cuenta para las obras y proyectos que iban surgiendo:
- Radio Sucumbíos. Una emisora popular, al servicio del pueblo y que sea evangelizadora, educativa y noticiosa, facilitando el micrófono al pueblo y a las organizaciones.
- Hogar infantil: nació y creció, orientado y cuidado por los misioneros donde se protegió a muchos niños y se formaron muchos jóvenes.
- Las COIM - Comunidades para la Iglesia y el mundo son por inspiración de Mons. Gonzalo, un grupo de misioneros, laicos, religiosas y sacerdotes, con un estilo de vida que vive de su trabajo y evangelizan con el ejemplo y la palabra.
Otras muchas organizaciones nacieron de la misma Iglesia y algunas se hicieron autónomas como la Organización de Promotores de Salud, la Organización de mujeres o la Asociación civil de Sucumbíos - Acsis, inspirada también por Gonzalo y que tantos beneficios trajera a la provincia.
La Iglesia de Sucumbíos, en este periodo de los carmelitas, intentó ser una Iglesia viva, en la que el centro era Jesús y todos los demás servidores unos de otros, desde cada lugar y condición.
Gonzalo lo resumió muy bien en su último año de su vida, en Angola, cuando al preguntarle su hermana desde España ¿qué es lo que hacía por esas lejuras y ya con tantos años?, él le contestaba con esta expresión, que sintetiza su vida: “Como siempre, María, estoy con Jesús y con la gente”… Ojalá, que, al celebrar estos 90 años de presencia en Ecuador, pudiéramos decir todos, lo mismo ¡estamos siempre con Jesús y con la gente!.
Las otras presencias en Ecuador…
Quito - Santa Teresita (1935)
Se inaugura en marzo el convento provisional y capilla en la 'Mariscal Sucre', sobre un terreno con huerta, cedido por Don Miguel del Hierro, donde permaneció la comunidad 22 años. Al frente se construía el templo de Santa Teresita, en un terreno entre las calles Robles, Roca y avenida Amazonas de la incipiente barriada residencial de la época,
El 8 de diciembre de 1938, después de vencer mil dificultades, el P. Marcelo del Niño Jesús, Provincial de la provincia de San Juan de la Cruz de Burgos, que se hallaba realizando la Visita Canónica a sus conventos filiales del Ecuador, pone la primera piedra del Templo de Santa Teresita, que es bendecida por el Excmo. Sr. Arzobispo de Quito, Mons. Carlos María la Torre. A mediados de 1940 comienza la construcción de la obra bajo la dirección del Hno. Mariano de José Riocerezo, arquitecto Carmelita, cuyas obras arquitectónicas eran ya conocidas y admiradas en Chile y Brasil. El 20 de junio de 1955 el Delegado Provincial de los PP. Carmelitas Fr. Vidal de la Inmaculada Velasco, pone la primera piedra de lo que será la casa conventual, adosada a la sacristía de la Iglesia. Al año siguiente, el 19 de marzo, después de muchos años de trabajo, en medio de aciertos y desaciertos, de cansancios y alegrías, se abren las puertas del nuevo templo.
Guayaquil-La Victoria (1934)
Gran puerto de entrada y salida del Ecuador, es una ciudad comercial, industrial y naviera. En 1928 Mons. Carlos María de la Torre, arzobispo de Guayaquil, quedó encantado de la visita del P. Hieroteo Valbuena y escribió de inmediato al P. Provincial de Burgos, Marcelo del Niño Jesús, en el que le ofrecía la parroquia del Purísimo Corazón de María, situado frente al parque de la Victoria (de aquí el apellido de la fundación).
En 1934, los padres se hacen cargo de la parroquia de la Victoria, en el que la iglesia parroquial era de madera, al igual que un colegio García Moreno que estaba adosado a la Iglesia. Los padres Brocardo, superior, y Hieroteo, ambos fundadores, miran de frente su obligación: iglesia nueva, convento nuevo y colegio nuevo.
En 1935 comienza la construcción en hormigón y desde 1938 ya se puede celebrar en ella, pero el acabado final será en 1958. El P. Brocardo consagró su vida a esta obra
Cuenca - Virgen de Bronce (1949)
Se opta ahora por Cuenca, ciudad en la que existen dos monasterios de carmelitas descalzas, deseosos de la cercanía de los frailes. El padre provincial, Otilio Rodríguez, pasa por Cuenca y el prelado, Monseñor Hermida, recibe con agrado la idea fundacional y ofrece capilla y casa. En noviembre de 1949 llega a Cuenca el P. Bernardo Huarte, quien se instala y abre al culto la capilla de la Virgen de Bronce. El 24 de noviembre de 1950 le remplazan el P. Alejandro García y el hermano Víctor, ecuatoriano. El año siguiente se incorpora el P. Vidal Velasco. En 1970 se erigió en parroquia.
A partir de 1977, siendo superior el P. Francisco García, comienza la construcción del templo y convento nuevo. Entre 1981 y 1990, el P. Pedro Ortega dinamiza la acción parroquial con asociación y grupo, dispensario médico. Se aceptan por un trienio dos parroquias campesinas. En 1984 se convierte en casa de noviciado.
Guayaquil-Miraflores (1967)
Se establece una comunidad canónica. No duró mucho por la falta de religiosos. En 1975 se repliega en la Victoria, desde donde sigue la tarea de acompañamiento y animación parroquial y obras de promoción social, destacando el dispensario médico creado y sostenido por el empuje del P. Aníbal Nieto.
Quito-El Jordán
La señorita Lucía Andrade, había entregado al convento de Santa Teresita una casa de su propiedad para enseñanza de niños y asistencia médica de necesitado. Mons. Pablo Muñoz Vega, arzobispo de Quito, concedió la licencia el 30 de agosto de 1977 y el 1 de octubre de ese año se inauguró la casa de formación.
La comunidad que se forma y que preside el P. Eugenio Sáinz de Baranda, Delegado Provincial en el Ecuador, se compone del P. Antonio Sáez y de tres estudiantes llegados de Burgos a Quito: Pedro Ortega, Pedro Rodríguez y Carmelo Hernández.
Incorporado la casa del Inca a la Delegación en 1980 se traslada a ella la casa de formación en 1982.
Quito - El Inca (1982)
La Iglesia El Carmelo terminó de construirse en 1972. Los misioneros de San Miguel de Sucumbíos tenían en Quito en su casa, su administración y su centro de comunicaciones. Pero, al ser pocos en el frente misionero, en 1980 la Misión traspasa a la Delegación Provincial la casa del Inca. A su vez la Delegación se esfuerza en la promoción vocacional y le pareció muy apropiada esta casa para traer a ella la comunidad formativa desde el El Jordán. El convento misionero y parroquial funciona hasta hoy como parroquial y casa de formación.